martes, 6 de mayo de 2008

ALCOHOLOCRACIA
EL ALCOHOL EN JÓVENES CALEÑOS DE 16 A 18 AÑOS DE EDAD


A veces tomamos cervecita o energizantes y cuando la cosa
está buena pedimos roncito o aguardiente y hasta tequila.
Vos sabes que salida sin trago, no es salida.

Camilo, 18 años.

La creencia más compartida entre los adolescentes caleños de 16 a 18 años de edad tiene que ver con la asociación entre el consumo de alcohol y las “consecuencias positivas”[1] que este proporciona. Para estos adolescentes caleños, el alcohol no ocasiona ningún daño físico o psicológico. La accesibilidad de los jóvenes caleños a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores. Un estudio realizado en Octubre 17 de 2006 por el Centro para el Desarrollo y Evaluación de Políticas y Tecnología en Salud Pública (Cedetes) de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle en convenio con la Secretaría de Salud Municipal, concluyó que “los caleños empiezan a consumir licor a los 13 años. En este mismo año, el 84.2% de los escolares ha consumido alcohol en alguna ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a los episodios de embriaguez el 41% de los escolares se han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el en el mes de Septiembre”. De acuerdo con los investigadores, este último punto demuestra que “la sociedad caleña es muy permisiva y hace falta un control más estricto por parte de la familia, el sector educativo y las autoridades, para evitar que los menores de edad involucren el licor en su vida cotidiana”[2].


Los adolescentes usan el alcohol por varias razones: primero, curiosidad; segundo, sentirse bien o sentirse personas adultas; tercero, reducir el estrés; cuarto, pertenecer a un grupo; quinto, escapar de sus problemas. Por ejemplo, Según el Dr. David Reardon, un experto en el síndrome post-aborto y director de investigación del Elliot Institute, dice que “muchas mujeres que han sufrido un aborto tienen problemas emocionales que resolver relacionados con ese aborto. El abuso de alcohol les otorga a esas mujeres una manera fácil y accesible de medicarse contra el dolor y de ‘curar’ sus emociones”[3]. La juventud no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse. Ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, relajante, etc.), pero a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas o que influya considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los efectos positivos y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social. En la medida en que el alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo.


Los adolecentes de hoy carecen de una información exacta sobre las consecuencias del alcohol. En muchas ocasiones las personas que consumen alcohol tiene poca información sobre esta sustancia. Según una encuesta realizada a 30 estudiantes de la Universidad ICESI en Abril de 2008, “un 75% no ha asistido nunca a una charla de alcoholismo, aunque un 15% si tienen algún tipo de información. No obstante, un 5% cree que no es para tanto (no es necesario saber ¿Qué es el alcohol? para poderlo consumir). Aun más, el grupo mejor informado sobre estos temas es el de 16 a 18 años, mientras que el grupo de 19 a 21 años, en su gran mayoría (75%), no ha recibido ninguna pauta sobre estos temas”[4]. Cabe resaltar la labor que desempeña Bienestar Universitario con la ayuda de la Corporación Caminos mediante charlas, letreros o carteles por todas las instalaciones de la universidad y encuestas sobre el alcohol y algunas drogas para los jóvenes de ICESI. Aunque si estos jóvenes no tienen información básica sobre el alcohol, menos van a saber sobre los daños que este les puede causar. Muchos creen que eso sólo les pasa a los que no saben controlarse con este vicio o simplemente eso tenía que pasarles así no tomaran. “Nosotros siempre nos reunimos con los amigos para chupar y pasarla bien. Además, entre varios es más fácil protegerte de los maleantes y conseguir buen trago… Muchos de mi familia me dicen que el alcohol es perjudicial para la salud. Pero hasta ahora no me ha hecho ningún daño, al contrario me ha servido mucho para alivianar mis problemas. Entonces hasta no ver, no creer”[5] dice Gustavo, 17 años.


No obstante, los jóvenes caleños están entrando a menudo a los centros de rehabilitación, por que se han dado cuenta de los daños que el alcohol puede ocasionar. Según datos del centro de rehabilitación Alcohólicos Anónimos de Cali, en el mes de mayo de 2008 entraron siete jóvenes de 18 a 21 años de edad, mientras que en el mes de mayo de 2007 solo entraron dos jóvenes de 19 y 20 años respectivamente.


Aún más, los jóvenes en vez de entrar a estos centros, se refugian en otras drogas como el cigarrillo, que al igual que el alcohol, no les causa ningún daño. Al contrario, les permite sentirse parte del grupo de amigos o bien, alcanzar la imagen que se vende a través de la publicidad (reconocimiento, respeto, alta personalidad, una sonrisa blanca, etc.). Incluso, en ocasiones, lo ocupan como medio de captar la atención de sus padres.


Es lamentable que el alcohol, pudiera decirse que la peor droga, se promueva en los medios de comunicación y se estimule su consumo. Los jóvenes de hoy aprovechan cualquier ocasión para recurrir al licor (cuando se pone la primera piedra de un edificio, cuando se bautiza a un niño, cuando alguien se casa y aún cuando alguien muere). Hay que tener mucho cuidado con el alcohol, porque es una droga terrible e impresionante que está envenenando a demasiada gente. El consumo desenfrenado de alcohol, en cualquiera de sus formas, tiene efectos devastadores en el organismo de la persona que lo consume.


Es importante que los jóvenes piensen y analicen para que se den cuenta que están creciendo en un mundo donde el alcohol está causando daños cada vez más graves. Vivimos en una sociedad a la que podríamos llamar “alcoholocracia”[6]. La persona que se aprecia a sí misma y a los demás se cuida del alcohol porque sabe que no le hace ningún bien. Más bien destruye familias y empresas; hace daño a la sociedad y al país. La juventud tiene que defenderse de la terrible plaga del alcohol que azota a la sociedad. Ellos deben tomar consciencia de que el licor representa un peligro muy grave. Es ridículo y absurdo pensar que en una fiesta el que tiene un vaso de licor en la mano es el más hombre o la mujer más madura. Eso no es señal de virilidad o sensualidad, ni de ser más hombre, ni más adulto. Por el contrario, indica que hay un tonto(a) más que se está intoxicando y puede ser candidato(a) al alcoholismo.


Numero de palabras: 1.282

[1] Palabras utilizadas por un estudiante de la ICESI
[2] Cifras y datos del alcohol en Cali por Centro para el Desarrollo y Evaluación de Políticas y Tecnología en Salud Pública, Cedetes de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle en convenio con la Secretaría de Salud Municipal
(http://www.elpais.com.co/paisonline/calionline/notas/Octubre172006/licor.html)
[3] Articulo sacado del foro “Mujeres que abortaron consumen alcohol y drogas para superar trauma”
(http://foropelayo.blogcindario.com/2006/01/00288-mujeres-que-abortaron-consumen-alcohol-y-drogas-para-superar-trauma.html)
[4] Encuesta realizada por una estudiante de ICESI en abril de 2008
[5] Comentario de Gustavo, un estudiante de 17 años del colegio Santa Isabel de Hungría
[6] Sociedad que vive del alcohol